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“TRAYECTORIA TECNOLÓGICA”
(“La variable ambiental en la trayectoria tecnológica de la industria cementera”. Tesis. Autor: Angel Eduardo Flores Romero. Mayo, 2003)
Abemathy y Utterback (1975) describen la evolución de una trayectoria tecnológica a partir de un modelo el cual se basa en el ciclo de vida de un producto en tres diferentes estados: fluidez, transición y madurez. Al principio del ciclo, las innovaciones están orientadas a la innovación de producto, después se enfocan a la innovación de proceso y finalmente las innovaciones, tanto de proceso como de producto, disminuyen en frecuencia y significado; es entonces cuando se hace necesaria una innovación micro radical o radical creando una nueva trayectoria y un nuevo ciclo de vida.
Dosi (1982) nos define a la trayectoria tecnológica como “un patrón de solución de problemas dentro de los lineamientos de un paradigma tecnológico. Una vez que un paradigma tecnológico domina, se tienen patrones de evolución en una dirección en particular. Estos patrones de evolución son trayectorias tecnológicas las cuales quedan determinadas en función de variables económicas, tecnológicas, sociales e institucionales”. También afirma “es posible concebir el cambio tecnológico a través de la evolución de trayectorias tecnológicas, las cuales están delimitadas por los lineamientos de un paradigma tecnológico”.
Malerba (1992) dice “las firmas aprenden de diversas maneras, y cada una de ellas lleva a mejoras en el acervo de conocimiento y capacidades tecnológicas específicas de la firma, lo que a su vez genera un rango de trayectorias de avance tecnológico y no una simple reducción promedio de costos. A su vez, los distintos tipos de aprendizaje abren diversas direcciones de cambio técnico incremental”.
Burgueño y Pittaluga (1994) definen las trayectorias tecnológicas de acuerdo a lo siguiente “los esfuerzos y creatividad de los ingenieros y organizaciones, se canalizan en direcciones precisas, cegándose a otras posibilidades. Esto da lugar al concepto de trayectoria tecnológica, constituida por una serie ordenada y acumulativa de innovaciones sucesivas que caracterizan los desarrollos y cambios experimentados por las tecnologías a medida que se difunden y emplean en las actividades de producción de bienes y servicios. Estas trayectorias tienen dimensiones sectoriales y también especificidades empresariales”.
Albar (2001) afirma “no hay nada de natural en las trayectorias tecnológicas. Estas trayectorias pueden explicarse mejor como instituciones, en el sentido sociológico del término: estructuras que se mantienen, pero no por una lógica interna, ni por su superioridad intrínseca, sino por el interés que acompaña a su desarrollo y por la creencia de que continuará existiendo en el futuro”.
Como el propio nombre nos sugiere, la trayectoria tecnológica se mueve o evoluciona en una dirección determinada por los paradigmas tecnológicos y por lo tanto es un proceso irreversible y acumulativo; que de forma natural va seleccionando o excluyendo los paquetes tecnológicos que se usan en dichas trayectorias. La acumulación de conocimientos depende, como se mencionó en el apartado anterior, del proceso de aprendizaje con lo que las organizaciones van acumulando experiencia y habilidades.
Dentro de las características de la tecnología, se encuentra la incertidumbre que se presenta ante el cambio técnico. El cambio técnico es un proceso evolutivo, sistémico y acumulativo, por lo que el desarrollo actual de las organizaciones está fuertemente determinado por lo que fueron capaces de hacer en el pasado (Pavit, 1984). Dada esta definición se puede afirmar que en todo proceso evolutivo se presenta un cierto grado de incertidumbre aún cuando este proceso es sistémico.
Una trayectoria tecnológica lleva implícita el concepto de cambio técnico por lo que es prudente preguntar ¿La trayectoria tecnológica, entre diferentes sectores, será la misma? La respuesta es un rotundo no. Dado que el cambio técnico es un proceso acumulativo, y éste tiene un papel dentro de la trayectoria tecnológica, cada sector tendrá su propia trayectoria dependiendo de las actividades pasadas. De igual forma se puede afirmar que las trayectorias tecnológicas futuras dependerán de las trayectorias actuales.
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